Reflexiones: Sami El Mushtawi |
Las mezquitas se llenan y las manos se extienden hacia el Corán para sacarlo de los estantes de las mezquitas, abrirlo cuidadosamente y recitar del mismo lo que Allah quiere que cada quien recite.
A la hora del IFTAR, las mesas se llenan de comida y a ellas se invita a los pobres y a toda persona para comer, sonreír y agradecer a Allah.
En las calles, la ética sustituye los insultos y peleas entre musulmanes.
Con la llegada de Ramadán, aparecen las visitas entre amigos, familiares y seres queridos.
Sin duda, Ramadán es una gran oportunidad para revivir dentro de nosotros las enseñanzas de nuestra noble religión musulmana y quiera Dios que ello continúe una vez que acabe el bendito Ramadán.