martes, 19 de abril de 2016

Todos somos iguales

Reflexiones: Sami El Mushtawi

‘Aisha (R.A.A) relató: La gente de Quraish se alarmó por la mujer de Bani Majzum que había cometido hurto. La gente comenzó a preguntarse, “¿Quién intercederá por ella ante el Profeta de Allah?” Algunos dijeron, “Nadie se atreve a hacerlo excepto Usama bin Zaid, el amado del Mensajero de Allah”. Cuando Usama habló sobre aquello al Profeta de Allah (S.A.W), el Profeta le dijo, “¿Intentas interceder por alguien en un caso conectado con los Castigos Prescritos de Allah?” Entonces, el Profeta se levantó y dio un sermón diciendo, “Lo que destruyó a las naciones que os precedieron, fue que si un noble de entre ellos robaba, ellos le perdonaban, y si un pobre de entre ellos robaba, ellos le infligían el castigo Legal de Allah sobre el ladrón. Por Allah, si Fátima, la hija de Muhammad robara, yo mismo le cortaría su mano”.