Los musulmanes poseemos un lazo
divino. Éste no tiene nada que ver con la tribu, con la raza, ni el color, ni
nacionalismo, ni historia, etc.
Nos une la fe en Dios.
Somos una comunidad divina. Nos
caracterizamos por la bondad, justicia, amor entre nosotros y misericordia.
Todo eso lo hizo Dios quien dice a su Profeta Muhammad lo siguiente:
Dios suscitó el amor entre ellos
después de las discrepancias y enemistad, uniéndoles a tu alrededor. Ciertamente
aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra de bienes e intereses para
lograrlo, jamás lo hubieses conseguido, porque los corazones dependen de Dios.
Él, enaltecido sea, es Todopoderoso. Dirige los asuntos de sus siervos de la
mejor manera para beneficiarlos. (8:63).
Quiera Dios que cuidemos esta
unión establecida por Dios.