Estoy preocupado por los jóvenes y
niños de corta edad. Ellos ven un mundo anormal. Ven violencia, pensamiento
radical, asesinatos, sangre, etc… A pesar de todo esto, tengo fe certera en que
podemos cuidar de los jóvenes y niños.
Debemos ofrecerles una educación adecuada en el hogar, en la escuela, en
la mezquita, los libros, en los medios de comunicación.
Podemos hacerlo reviviendo dentro de ellos el amor por la belleza, el
amor de la justicia, el amor a todo el mundo.
Quiera
Dios que podamos hacerlo