jueves, 13 de febrero de 2014

Muhammad, el compasivo, el amigable


        Al hojear la SIRA ó sea la biografía del Profeta Muhammad, encontramos en ella indicios de un hombre que raras veces, por no decir jamás, puede haber un hombre igual.

Era compasivo y sutil tal y como lo describe el Corán: os ha llegado un Profeta de entre de vosotros mismos. Sufre por veros sufrir, se preocupa por vosotros y para con los creyentes es benévolo y compasivo.(9:129)

Acerquémonos para ver algo de ello:

Se lee por ejemplo que Muhammad agarraba las cuerdas del camello y pisaba con sus pies las patas del animal para quedarse quieto y así la esposa de Muhammad puede montar el camello sin miedo y sin temor. Es una actitud que muestra cómo tiene que ser la atención que se debe dar a la esposa.

En cierta oportunidad, un beduino se aproxima a Muhammad, con dureza le agarra del cuello y sus manos dejan huellas en el lugar. Con suma mala educación, el beduino le dice: ¡Muhammad!, dame algo del dinero que tú tienes, pues no es tuyo, tampoco lo heredaste de tu padre. Se espera, por parte del Profeta una respuesta adecuada a ello, una respuesta severa y poniendo las cosas en su lugar, sin embargo, el Profeta del Islam sonríe y le da algo de dinero.

Otro beduino orina en la mezquita, los compañeros de Muhammad le querían castigar, sin embargo, el Profeta les ordena dejar al hombre hasta terminar, se trae un cubo de agua para eliminar el daño causado y aconseja al hombre de la manera más sutil que jamás existió. A consecuencia de ello, el hombre reza a Dios diciéndole: Dios perdóname a mí y a Muhammad y no perdones a nadie más. Con un gesto amable, el Profeta del Islam dice al hombre que la misericordia de Allah es amplia y bajo ella caben muchos más.

Llevaba en brazos a su nieta, la hija de ZAINAB, mientras rezaba. Es un acto de ternura para con los niños.

Se encargaba él mismo de sus propias cosas, remendaba sus túnicas, arreglaba sus zapatos siendo jefe político y religioso de la nación musulmana.

No hemos hecho sino un vistazo rápido y flash a unas cuantas hojas que descansaban en mi mano hacía unos minutos.

Ojalá que se conozca más Muhammad el hombre y Profeta del Islam