Estar más cerca de Dios nos da esperanza y nos da un confort psicológico y seguridad, ya que el hombre necesita ser protegido. El hombre necesita de una gran fuerza que le otorgue su protección y protegerle de un futuro incierto, que no sabe nada de él. No hay duda de que lo desconocido es lo que más causa preocupación, estrés y ansiedad, y cuando el hombre se acerca a su Señor, obtiene tranquilidad y seguridad. Acercarse a Dios nos ayuda a transitar con paciencia en este mundo y junto con ello nos da recompensa divina.