 |
| Reflexiones: Sami El Mushtawi |
Los compañeros del profeta sufrieron mucho. Jabab Ibn al Arat, fue uno de los primeros compañeros en aceptar el Islam, por ello fue perseguido, atacado y oprimido por los de Quraish. Era tan severo el castigo que recibió que, en una ocasión en la que recordaba esa persecución y dificultad, dijo: “Encendieron un fuego y me arrojaron sobre él, y lo único que hizo apagarse ese fuego fue el sudor y la piel que caían de mi espalda”.
La persecución era tan desesperante, que junto con un grupo de compañeros acudieron al Profeta, y le dijeron: Oh Mensajero de Allah, pide a Allah por nosotros…, el Profeta les respondió diciendo lo siguiente: Antes que vosotros, se cogía a un hombre, se le arrojaba en el suelo y con una hacha dividían su cabeza en dos, y continuaban cortando hasta que no quedaban más que los huesos, pero eso no les hacía renegar ni desviarse de su religión. Por Allah que no finalizará este asunto hasta que la persona sea capaz de viajar desde Sana hasta Hadramaut (en Yemen) sin temer más que Allah y al lobo por su ganado, pero vosotros siempre queréis las cosas con impaciencia.
Que Allah se apiade de todos los compañeros del Profeta Muhammad.