A muchos musulmanes les sucede cierta debilidad y les alcanza algo de pereza en los últimos días de Ramadán. En vez de incrementar sus buenas obras y acciones, algunos comienzan a disminuirlo todo. Eso no es propio de un buen musulmán. Sabed que Ramadán debe educarnos, debe sembrar dentro de nosotros el amor hacia toda buena acción, debe purificar nuestras almas. Quiera Dios que aprovechemos bien lo poco que queda del bendito mes de Ramadán.
