Para saborear la dulzura del Islam, por favor vívalo por dentro. Métete entremedio de los musulmanes, reza con ellos, mira a los rostros de los viejos llenos de fe, acércate y verás que de tras de ello, se esconde una resplandeciente luz que emana de sus frentes.
Para saborear la dulzura del Islam, no leas sobre el mismo, solamente, sino véalo en práctica, en acción. Vívalo. Visita una mezquita, Conversa con musulmanes... hay muchas maneras que te van a ayudar a comprender que el Islam es hermoso.
