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| Publicación: Diario El País 30/01/2016 |
Refutación a un artículo publicado en el diario El País, 30/01/2016
El islam nunca morirá
He leído atentamente el 30 de enero 2016 el artículo en "El País" intitulado:
A.C. Grayling, el filósofo ateo que vive obsesionado con la religión
Las opiniones sobre el islam en el mencionado artículo no se ajustan a la realidad del islam como religión, cultura y civilización. A modo de ejemplo cuando se lee: (...) por el auge del islamismo radical, esto esté a punto de resurgir”, (...) estamos ante la muerte de la religión. Si arrinconas a una bestia para matarla, esa bestia atacará a la desesperada. Pues la religión está atacando. La sociedad secular, la ciencia, la industrialización, la democracia, el derecho, la educación… Todo eso está ganando. (…) Ser terroristas suicidas, perder la moralidad…”.
El escritor toma como base el escenario político o la realidad política del islamismo radical en estos días y eso no es ni justo, ni cierto. A lo largo de catorce siglos, el islam siempre ha sido sinónimo de conocimiento, cultura y civilización.
Nadie puede negar que el islam contribuyó con aportaciones de alto nivel en medicina, botánica, matemáticas, astronomía, física, geología, óptica, lógica, metafísica, literatura y ética.
Hay que decirle al autor que dentro del ser humano se encuentra la tendencia hacia la violencia y ésta varía de una persona a otra, de acuerdo con el grado de desarrollo intelectual de las personas. Hay algunos individuos, que no representan ni el uno por ciento de los musulmanes, que son violentos y que nosotros rechazamos y condenamos siempre sus actos de barbarie. Pero eso nunca quiere decir que la religión ha llegado a su fin.
El Corán siempre ha acompañado la ciencia. El Corán nos invita a reflexionar, investigar y descifrar todo lo que hay en el universo. Nos dice que el mundo ha sido creado con proporciones (Corán 6:73), no caótico sino sometido a leyes (7:185).
El islam nunca morirá y su luz seguirá iluminando el mundo entero.
He leído atentamente el 30 de enero 2016 el artículo en "El País" intitulado:
A.C. Grayling, el filósofo ateo que vive obsesionado con la religión
Las opiniones sobre el islam en el mencionado artículo no se ajustan a la realidad del islam como religión, cultura y civilización. A modo de ejemplo cuando se lee: (...) por el auge del islamismo radical, esto esté a punto de resurgir”, (...) estamos ante la muerte de la religión. Si arrinconas a una bestia para matarla, esa bestia atacará a la desesperada. Pues la religión está atacando. La sociedad secular, la ciencia, la industrialización, la democracia, el derecho, la educación… Todo eso está ganando. (…) Ser terroristas suicidas, perder la moralidad…”.
El escritor toma como base el escenario político o la realidad política del islamismo radical en estos días y eso no es ni justo, ni cierto. A lo largo de catorce siglos, el islam siempre ha sido sinónimo de conocimiento, cultura y civilización.
Nadie puede negar que el islam contribuyó con aportaciones de alto nivel en medicina, botánica, matemáticas, astronomía, física, geología, óptica, lógica, metafísica, literatura y ética.
Hay que decirle al autor que dentro del ser humano se encuentra la tendencia hacia la violencia y ésta varía de una persona a otra, de acuerdo con el grado de desarrollo intelectual de las personas. Hay algunos individuos, que no representan ni el uno por ciento de los musulmanes, que son violentos y que nosotros rechazamos y condenamos siempre sus actos de barbarie. Pero eso nunca quiere decir que la religión ha llegado a su fin.
El Corán siempre ha acompañado la ciencia. El Corán nos invita a reflexionar, investigar y descifrar todo lo que hay en el universo. Nos dice que el mundo ha sido creado con proporciones (Corán 6:73), no caótico sino sometido a leyes (7:185).
El islam nunca morirá y su luz seguirá iluminando el mundo entero.