jueves, 19 de noviembre de 2015

Prensa: Cómo erradicar el terrorismo


Siempre he dicho y diré que el terrorismo no tiene patria específica ni es mandamiento de ninguna religión. Es más realista vincular el terrorismo con ciertos aspectos de la política, pero no con el islam. Al ver estos actos terroríficos, algunos, movidos por interés propio, culpan directamente al islam. Y la masa comienza a odiar esa religión, su cultura y su gente. Eso no beneficia a nadie.
El islam no incita al odio ni al rencor, y menos a actos de barbarie y de terror. El profeta Muhammad era buen hombre, gozaba de buen comportamiento y de noble carácter. Era un ejemplo en su paciencia, magnanimidad, capacidad de perdón, generosidad, modestia, cortesía, compasión, misericordia, integridad, veracidad, justicia, honradez, probidad, etc... El tema del terrorismo no tiene relación con el islam, ni con el profeta del islam. Ahora bien, no hay duda de que la pobreza, las condiciones sociales, económicas, políticas y la vida mísera son algunas de lascausas graves que ayudan a difundir la ideología del extremismo y del terrorismo. En general la ignorancia, y específicamente la ignorancia de los preceptos de la religión musulmana, sigue siendo el principal motivo del extremismo y el terrorismoen el mundo. De ahí surge la necesidad de educar, islámicamente hablando, a los jóvenes que se ponen, por unas razones u otras, bajo mando de los "líderes" del terrorismo.
El extremismo conduce a los jóvenes a llevar a cabo operaciones terroristas. El extremismo es el resultado de la falta de cultura islámica sobre muchos asuntos. Para acabar con él es necesario realizar una buena difusión de la verdadera cultura islámica y no de la versión adulterada.
El hombre, por naturaleza, se inclina hacia la religiosidad y si no obtiene religiosidad adecuada y correcta buscará doctrinas erradas, vestidas de religión. Por eso, urge la necesidad de educar, instruir y capacitar.
Hay que ofrecer frecuentemente simposios, seminarios, encuentros... a los jóvenes. Hay que celebrar reuniones, ciclos de conferencias en los que especialistas en todas las áreas del islam, doctos, sabios, psicólogos, sociólogos, etc., dialoguen con los jóvenes en las mezquitas, en las cafeterías y en todas partes en donde se encuentran.
No hay que acusar a los jóvenes por ignorancia y por la falta de comprensión de la verdadera religión musulmana, sino que hay que ofrecerles programas para acabar con esta ignorancia y de esta manara estaríamos haciendo algo para erradicar el terrorismo.
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Sami El Mushtawi es director de Cultura del Centro Cultural Islámico de Madrid