Reflexiones: Sami El Mushtawi |
El creyente, hombre o mujer, enfrentan lo inesperado de la vida con paciencia y certeza y aceptación del Decreto.
Lo hacen reflexionando sobre la aleya coránica que dice: “Todo cuanto hay sobre la faz de la tierra es perecedero”. (55: 25).
Sabed que el Mensajero, Muhammad, la paz sea con él, sufrió momentos de extrema tristeza, como cuando murió su hijo Ibrahim, por ejemplo. El profeta llorando e inclinándose sobre el rostro del hijo perdido, dijo: El ojo derrama lágrimas, el corazón siente pesar, y no decimos sino lo que complace al Señor. Y lo que complace a nuestro Señor es decir: De Allah somos y a Él hemos de volver.
Hay que tener paciencia y tomar al Profeta, en ello, como ejemplo.