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| Reflexiones: Sami El Mushtawi |
Entre el sueño y la muerte hay cierta similitud
El sueño es una muerte temporal, breve. La muerte es un sueño poderoso, extraordinario. En ambos casos, pasamos de un estado a otro. La diferencia es que durante el sueño, estamos inconscientes y al despertarse, la persona no sabe que en realidad ha regresado de un viaje. La muerte, sin embargo, cada detalle es realidad absoluta.
Esta aleya lo dice todo: Dios recoge a las almas en el momento de su muerte, y a las que no mueren, durante el sueño. Retiene, pues, a aquellas cuya muerte ha decretado, y deja en libertad a las otras, hasta un término prefijado. Por cierto que en esto hay signos para los sensatos”. (39-42).
Quiera Dios que obremos para la vida que viene tras la muerte.