lunes, 20 de abril de 2015

Contemplar este relato

Reflexiones: Sami El Mushtawi

No perder nunca la esperanza. Por mucho mal que el hombre haya cometido, nunca es tarde para arrepentirse con sinceridad y volvernos al Señor. El Profeta Muhammad contó lo siguiente: “Había un hombre entre los hijos de Israel que había matado a noventa y nueve personas y salió a preguntar (si había perdón para él). Y fue a un monje y le preguntó si había reparación (tawba) para su falta, y éste le contestó que no. Entonces lo mató y así completó los cien. Luego siguió buscando una respuesta hasta que encontró un hombre que le dijo: ‘Sí, tienes la opción de Tawba; pero debes dejar el pueblo en el que vives porque sus habitantes son transgresores e ir a otra ciudad en la que haya habitantes buenos, para que adores a Allah con ellos’. El hombre emprendió el camino, pero la muerte le alcanzó a la mitad; entonces los ángeles de la misericordia y los ángeles del castigo disputaron sobre él. Y Allah inspiró a la ciudad a la que se dirigía, para que se acercara, e inspiró a la ciudad de la que venía, para que se alejara, y dijo: ‘Medid (la distancia) entre ambas’. Y encontraron que estaba más cerca de la ciudad a la que iba por un palmo. Allah aceptó su Tawba y fue perdonado, ya que había emprendido su viaje con la esperanza en la Misericordia de Allah y anhelando Su perdón”.