Reflexiones: Sami El Mushtawi |
El orgullo es muy destructivo, porque impide cualquier tipo de humildad, y la humildad es la condición necesaria para poder adquirir todo bien.
El orgullo fue lo que impidió que Satanás se postrara ante Adán. Satanás pensaba que Adán era inferior a él. Allah lo describe en Su Libro diciendo: “Luego dijimos a los ángeles: ‘¡Postraos ante Adam!’. Y se postraron todos, menos Iblis, que no estuvo entre ellos. Dijo: ‘¿Qué te impide postrarte habiéndotelo ordenado?’. Contestó: ‘Yo soy mejor que él; a mí me creaste de fuego, mientras que a él lo has creado de barro’. Dijo: ‘¡Desciende de aquí! En este lugar no cabe que seas soberbio. ¡Sal de él! Tú serás de los humillados’” Sura 7. ALARAF.
Quiera Dios que eliminemos el orgullo de nuestro camino.