Está en nuestras manos hacer felices a quienes nos rodean y es muy fácil
hacerlo.
Una sonrisa es una llave mágica
para hacer feliz a la persona que te mira. Al sonreírle al otro Junto con ganar
la complacencia divina, ganarás el corazón de los demás. El Profeta dice: sonreír
a un hermano es una caridad…
También una palabra de aliento
hace feliz a tu interlocutor. Un buen consejo ayuda a toda persona. También lo
es el silencio. Acuérdese que hay mucha gente necesita ser escuchada y tu
silencio al escuchar es fuente de felicidad para esta gente.
Quiera Dios que podamos hacer
feliz a todo el mundo.