Para mantener la familia unida y
disipar toda duda, que no posee fundamento alguno, el Profeta Muhammad enseñó a
un compañero para que éste no dudara de la reputación de su esposa. Veamos cómo
lo hizo: «Un hombre fue a ver al Profeta y le dijo: —Oh, Enviado de Dios, mi
esposa dio a luz a un niño negro. — ¿Tienes camellos?— Sí, respondió el hombre.
¿Y de qué color son? Rojizos. Contestó.
¿Hay alguno entre ellos que sea gris?—Sí— ¿Y cómo puede ser eso? Quizá sea un
fenómeno de atavismo, respondió el hombre— Entonces, dijo el Profeta, puede ser
que suceda lo mismo con tu hijo.