Allah nos ha facilitado todo. Por ejemplo, dispuso que toda la Tierra sea una mezquita (es decir, un lugar para rezar), y el polvo de la Tierra sirve como purificador. Estableció que cuando al musulmán le llega el horario de la oración y no encuentra agua para purificarse, en ese caso lo hace con el polvo de la Tierra y si no encuentra ninguna mezquita, realiza la oración donde esté. Quiera Dios que agradezcamos a Allah por tantas mercedes otorgadas y que recemos sin pereza ni demora.